Comenten juntos cómo podemos ofender y herir a otras personas si al enojarnos decimos cosas desagradables y desconsideradas. Por eso la Biblia afirma que «La lengua es algo pequeño que pronuncia grandes discursos. Así también una sola chispa, puede incendiar todo un bosque» (Santiago 3:5 NTV). Hablen sobre cómo hasta unas pocas palabras pueden alterar grandemente las emociones y cómo una palabra desconsiderada puede hacer llorar a alguien, al igual que una palabra amable y gentil puede alegrarnos el día. Vean el video Cálmate. En él encontrarán ideas sobre cómo reaccionar con una buena actitud en situaciones donde resulta fácil enojarse. Memoricen el versículo «La respuesta amable calma el enojo» (Proverbios 15:1 NTV). Ayuda a los niños a escribir este versículo en sus cuadernos o ponerlo en algún lugar de la casa donde lo puedan ver con frecuencia a lo largo del día. Lean «El amor se fija en lo bueno». Lleven a cabo la actividad que viene en la última página del artículo. Vean juntos Me llevo bien con mi hermano. Compartan ideas sobre cómo resolver los conflictos cotidianos que surgen con sus hijos. Sería bueno explicarles que cuando están enojados o enfadados no es el momento oportuno para hablar con el amigo o compañero con quien se disgustaron. Es mucho mejor esperar a estar calmado, o hablar con sus padres o profesores sobre cómo se sienten. Eso puede ayudar a arreglar las cosas. Lean «¿Cómo podemos amar a los demás?» Lleven a cabo la actividad que viene en la última página. Material adicional: Adaptado de My Wonder Studio.
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Recopilación para padres y educadores Dedique máxima atención al tiempo que pasa con sus hijos. Es como si estuviéramos en un escenario, por así decirlo y —querámoslo o no— enseñamos al niño e influimos en él por medio de todo lo que decimos o hacemos. Por eso, en la relación entre padres e hijos no basta con que pasen tiempo juntos. Para que ese tiempo tenga sentido, es necesario que sea un tiempo bien aprovechado. Si queremos que nuestra labor de padres sea exitosa, será imprescindible pensar y planear detenidamente y con anticipación. […] Pasar tiempo provechoso juntos es uno de los factores más importantes para cultivar una buena relación entre padres e hijos. El tiempo bien aprovechado juntos podría ser una celebración familiar bulliciosa, una noche tranquila en casa en la que escuche a [una] hija que practica su música, una noche en vela en la que cuide de su niño con fiebre, un día festivo que pasen juntos limpiando el garaje, o una hora de una conversación animada. Cualquiera que sea la actividad que se realice con el niño, el tiempo bien aprovechado que pasamos con él debe transmitirle estas ideas importantísimas: «Te quiero mucho», «Quiero estar contigo», «Me gusta estar contigo», «Lo paso bien contigo». […] Al pasar ratos en familia con regularidad, todos los integrantes se benefician. […] Al empezar a programar actividades provechosas para realizar con sus hijos, es importante hacer con ellos cosas que tengan mucho sentido. Haga una lista de lo que más le gusta hacer a su familia. Que todos aporten sus ideas. A continuación clasifíquenlas todas por orden de importancia, de mayor a menor. Finalmente, programe las cosas que tengan mayor prioridad. Si programa únicamente las actividades más fáciles o las que requieren menos tiempo y esfuerzo, probablemente no podrá realizar las más importantes. - Dra. Kay Kuzma * Podemos enfrascarnos tanto en el ajetreo interminable, horarios frenéticos y en nuestra vida controlada por el tiempo que olvidamos que, en el caso de nuestros hijos, lo que en realidad vale más son las cosas pequeñas y sencillas que hacemos para que su hogar sea un lugar divertido, cómodo y feliz. Las siguientes preguntas los ayudarán a reflexionar en lo bien que les va con relación a lograr ese objetivo. 1. ¿Qué diría tu hijo que es la mejor parte de vivir en tu hogar? ¿Cuáles son las mejores tradiciones —algo que hacen juntos—, que son tan divertidas que tu hija querría hacerlas con su hijo? En resumidas cuentas, ¿qué recuerdos creas para tus hijos en tu vida cotidiana? 2. A tu juicio, ¿qué dirían tus hijos que es lo que desearían cambiar en tu familia? ¿Puedes hacer ese cambio? ¿Qué te detiene? 3. ¿Cuándo fue la última vez que tu familia se reunió y ustedes pasaron un rato divertido? ¿Cuándo fue la última vez que recuerdas que tu familia [todos juntos] pasó un rato de relajamiento? 4. ¿Puedes mencionar una tradición sencilla o rutina familiar que quieres hacer para divertirte con tu familia? Escríbela. Luego, prepárate para hacerla con tu familia. Supongamos que a tus hijos les preguntan qué es lo que de verdad desearían cambiar de tu familia. Esa misma pregunta se hizo a ochenta y cuatro mil alumnos del sexto al duodécimo grado que respondieron a la encuesta de USA Weekend. ¿Qué crees que contestó la mayoría de los chicos? (Lo más probable es que sea lo mismo que dirían tus hijos, así que piénsalo bien.) Resulta que dos tercios de los chicos que respondieron la encuesta dijeron que deseaban pasar más tiempo con sus padres. En realidad, más de dos de cada cinco chicos expresaron que les parece que en el tiempo que pasan con su madre se hacen las cosas con prisa. Los chicos dijeron que querían no solo más tiempo, sino más tiempo relajado. El tiempo que un chico diría que es divertido. Sin otras expectativas. Sin estrés. Sin un ritmo frenético. Solo relajarse y divertirse. Ese es el tiempo que hace que la familia esté unida. Además, ese tiempo relajado, despreocupado, es lo que anhelan y necesitan nuestros hijos. - Michele Borba * Un día no muy distante tus hijos ya serán mayores y se marcharán. Entonces agradecerás haberles dado lo que necesitaban de pequeños. […] Por eso, la próxima vez que te encuentres a media noche velando a un niño enfermo, sonriendo pese a las ganas de llorar, cantando para no perder la paciencia, limpiando naricitas mientras sueñas con el día en que harás grandes obras para Dios, no olvides que ya las estás haciendo. No lamentaremos una sola oración, una sola canción, una sola palabra de amor. Cada gesto de amor tiene un efecto perdurable en ellos. Al cabo de años de haberlo hecho todo por fe, gozaremos de la bendición de verlos convertidos en hombres y mujeres hechos y derechos. - Derek y Michelle Brooks * Como se suele decir: «Lo que hago hoy es importante porque a cambio empeño un día de mi vida. El día de mañana, este día se habría ido para siempre dejando en su lugar algo por lo que lo cambié. Quiero que sea ganancia, no pérdida; bien y no mal; éxito, no fracaso; así jamás lamentaré lo que me costó este día». Y eso se les aplica por partida doble a ustedes, que tienen niños a su cuidado. En su caso, no se trata de apenas una hora o unas pocas, ni tampoco de un solo día de su vida: es también una hora o dos, o un día de la vida de ellos. ¿De qué les están llenando la mente, el corazón y la vida? No se trata solo de asegurarse de que aprenden las lecciones teóricas, sino del amor que les manifiestan, del ejemplo que les dan, de su trato, su actitud, su sonrisa y mucho más. ¿Qué sacarán sus niños de este día? ¿Contribuirá a sentar las bases de su vida? ¿Tendrán ustedes la seguridad de que aprovecharon bien este día de su vida viendo en qué resultó o cómo benefició a sus hijos? No siempre notarán la diferencia. Algunos días la notarán, pero otros les costará. En momentos así, fíjense en sus pequeñitos. Están invirtiendo la vida en ellos; invirtiendo tiempo, vida, amor y talentos a cambio de dividendos que perdurarán en la vida de ellos. - Jesús, hablando en profecía Gentileza de Anchor. Foto de Bill Branson (public domain) via Wikimedia Commons.
Domingo, 14 de Septiembre 2014
Para: David De: Papá, mamá y compañía Asunto: Descendencia ¡Felicitaciones! Papá, mamá y compañía se complacen en escuchar que tú y Marcela tuvieron un bebé. Bien hecho. Aunque un bebé es un proyecto que presenta muchas exigencias (para mayores referencias véase la parte superior, la inferior, la intermedia y demás), sabemos que esta inversión de tiempo y esfuerzo generará grandes resultados tal como los que hemos obtenido nosotros (véase álbum familiar). Aunque este proyecto requirió una gran dosis de trabajo hasta ahora, y que incluso Marcela tuvo que pasar un par de noches en vela, en esta fase inicial la carga de trabajo es mínima en comparación con los años que les aguardan. Sin embargo, a pesar de todo el esfuerzo, ustedes no podrán hacerse acreedores de todo el crédito por el concepto original ni por el producto final. Hace muchos años, el Diseñador de estos modelos los lanzó al mercado con un modelo sencillo a base de polvo y aliento (véase Génesis). Desde entonces es dueño de la patente, y nosotros somos meros colaboradores. Para inaugurar este proyecto ustedes eligieron dar a luz a su primogénito. ¡Una magnífica decisión! Cuando papá, mamá y compañía comenzaron operaciones hace veintitantos años, tomamos la misma decisión. El primogénito siempre es algo encantador, aunque venga con algunas características y particularidades (fíjate en tu hermana). Tras examinar más detenidamente la situación, parece ser que tu esposa es la primogénita, al igual que tu hermana, tus padres también y ahora este chiquitín que acaba de llegar a este mundo. El comenzar con un primogénito nos indica que ustedes siguen un patrón establecido. Por eso, papá, mamá y compañía les recomiendan que la próxima vez traten de hacer algo distinto, y tengan en cuenta los adjetivos nuevo, osado, inesperado (fíjate en tu hermano). También parece que para ocupar el puesto de bebé en su casa, ustedes escogieron como candidato un niño. Como ya saben, existen dos grandes opiniones al respecto a nivel mundial. Sin embargo, escoger un niño es una excelente decisión. Aunque los niños aportan algunos momentos de gran estrés en la primera década de su vida (fíjate en tu hermano y todas las visitas a la sala de urgencias), las chicas lo hacen en la segunda década de su existencia (fíjate en tu hermana). Pero en cualquier caso, el resultado final es igual de satisfactorio. Lo que no está muy claro del todo es por qué Dios desarrolló su proyecto en dos modelos, masculino y femenino. Un consejero eficiente probablemente habría recomendado la consolidación, con objeto de evitar las experiencias negativas del pasado (véase Adán y Eva). Sin embargo, en este momento, la producción requiere de los dos modelos ya existentes, de forma que no parece factible actualmente tal mejora. Es posible que ya te hayas dado cuenta de que un recién nacido implica la aparición de una cantidad sorprendente de artículos infantiles. En resumen: artículos para sostener al bebé, productos para su limpieza, elementos para proporcionarle alegría, prendas para acicalarlo y mucho más. Se sabe que la acumulación del tonelaje de dichos artículos provoca una ligera inclinación en el suelo de la habitación de los niños, y que harán falta dos autos para transportarlos. Notarás que entre esta vasta cantidad de artículos, serán muy escasos los que tú hayas comprado. La mayoría llegaron a tu posesión en forma de regalos o como dádivas de otras familias que tienen bebés de más edad. Te encuentras atrapado en medio del efecto subsidiario de El Niño, en el cual remolinos de oleadas de artículos de bebé de segunda mano circulan a nivel del suelo siguiendo un patrón impredecible pero constante. Si a tus manos llega un encantador suéter en un tono azul grisáceo adornado con un reno rojo, no lo sueltes. Era tuyo cuando tenías tres años. Notarás que tu recién nacido todavía no domina el castellano. No hay por qué alarmarse. En realidad, algunos chiquitines van ganando en fluidez hasta alcanzar el punto donde su potencia verbal sobrepasa con creces la capacidad auditiva de sus progenitores. Hay que admitir que un recién nacido trae incorporadas toda una serie de características que resultarían pavorosas si las viéramos en cualquier otro huésped: incontinente, irrazonable, incoherente, autócrata y propenso a las lágrimas. Es como hospedar a un minúsculo e hipersensible dictador que no sabe castellano y se moja los pantalones. No está del todo claro por qué Dios consideró que toda esta sarta de cualidades resultaría irresistible para los padres. Sin embargo, existen otros factores que compensan con creces estos rasgos negativos (véase la primera sonrisa, el olor a limpio del chiquitín). Asimismo, descubrirás que tu pequeño no es, al principio, un miembro eficaz del equipo familiar. Pocos chiquitines se ganan elogios como competente y bien organizado o es un verdadero miembro del equipo. La cuestión es encontrar tareas que se acoplen a su nivel de competencia, por ejemplo: mirar fijamente un rincón vacío, cambiar rápidamente su gama de expresiones faciales, producir unas fabulosas explosiones digestivas, dormir. Si elogias al pequeño por lograr dichos objetivos le facilitarás el dominar otras responsabilidades más avanzadas. Sin embargo, debes estar al tanto cuando un niño en etapa de crecimiento comienza a exhibir cualidades que podrían definirse como arranque automático de alta velocidad. Ya no resulta tan ventajoso (véase tu hermano y varias reparaciones que hicimos en el suelo, las paredes y el techo). Para terminar, déjanos felicitarte nuevamente. En cuanto al esfuerzo y mantenimiento que exige, nada iguala la alegría y satisfacción que produce un chiquitín. Uno de los mayores placeres de la vida es llevar a cabo la tarea diaria de criar un hijo y verle crecer y aprender, cuyo colofón es presenciar cómo el niño se vuelve un adulto responsable y tiene sus propios hijos. El niño que provea a sus padres tal grado de satisfacción conferirá alegría durante toda su vida y será un tesoro incomparable (mírate en el espejo). Con cariño, papá, mamá y compañía. |
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