Manténgase saludable: historias, presentaciones, videos y páginas para colorear gratis para niños5/10/2020 Tu cuerpo es una máquina increíblemente compleja y eficiente, pero es preciso cuidarla bien para que funcione como es debido. Si quieres verte libre de enfermedades y otros trastornos físicos, debes poner de tu parte. Eso requiere tiempo, esfuerzo y reflexión. Es necesario que comas bien, que bebas una buena cantidad de líquidos, que duermas las horas necesarias, que hagas ejercicio, que te hagas revisar periódicamente la dentadura y la vista, que limites el contacto con todo lo que pueda ser perjudicial, etc.
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Los primeros meses de la vida de tu bebé pueden ser agotadores tanto para ti y tu pareja como para el niño. Por suerte, la mayoría de los bebés desarrollan patrones de sueño regulares para cuando tienen entre 3 y 6 meses. Mientras tanto, prueba con estos consejos para lograr que tu pequeñito duerma toda la noche. Proporciona alivio inmediato
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Establece una rutina exitosa
Artículo adaptado de Wikihow.
Adaptado de un artículo de internet
¿Te has fijado cómo mejora el comportamiento de los niños cuando juegan al aire libre en lugar de estar metidos en casa todo el tiempo? Mis recuerdos de la infancia están repletos de jugar al escondite, al corre que te pillo, hacer lamparitas con luciérnagas, inventar nuestros propios clubs, explorar los bosques (cualquier terreno desocupado) cerca de casa, y hacer cosas con la arcilla que encontrábamos en el patio. Mi madre y su hermano nos contaban historias de que, durante los meses veraniegos, salían de casa por la mañana y no volvían hasta el anochecer. Se pasaban el día cogiendo cangrejos en una acequia cercana, chapoteando en el Dry Creek y construyendo escondites entre la hierba alta de la pradera. ¿Será que hoy en día, nuestros hijos disfrutan de un día completo para explorar la naturaleza y gozar de la libertad que proporciona estar al aire libre? Las evidencias señalan que los niños pasan cada vez más tiempo en casa, desconectados de la naturaleza por culpa de la fascinación que ejerce la televisión, el internet y los videojuegos. Jugar al aire libre genera un efecto relajante En mis propios hijos he observado una gran diferencia cuando disfrutan del placer de jugar al aire libre. Toda la vida he sido de la opinión de que los niños deben pasar el mayor tiempo posible al aire libre, rememorando mis tiempos de maestra cuando yo era la única que llevaba a sus alumnos a jugar al parque en días fríos y húmedos. Nunca tuve problemas con el comportamiento de los chicos en el aula, siempre y cuando pasaran bastante tiempo al aire libre, y siempre me aseguraba que así fuera. Cuando se alborotaban mucho, era indicio de que necesitaban SALIR. Y me he dado cuenta de que lo mismo sucede con mis tres hijos. Algunos estudios han demostrado que estar al aire libre y en contacto con la naturaleza proporciona un efecto relajante a los niños que sufren del síndrome de hiperactividad y déficit de atención. Incluso los adultos también se benefician de ello, como ha quedado demostrado, pues ayuda a la relajación, disminuye los niveles de estrés, y restaura el equilibrio mental. Jugar al aire libre es divertido El verano pasado, cuando celebramos la fiesta de cumpleaños de mi hija, pasaron la noche en casa doce niñas de seis a once años. Mi esposo estaba de viaje. Me sentía un poco preocupada por tener que hacerlo todo sola, así que una de mis amigas me ayudó durante un par de horas. Luego dejó a sus hijas conmigo y salió a disfrutar de una cena tranquila y sosegada con su esposo. Me quedé sola ante el peligro. Era una locura en casa (y con toda la razón), por todo el suelo había migas de pastel y gotas de helado. Sabía que lo mejor era sacar a las doce niñas al patio y así tener unos minutos para limpiar todo aquel desorden. Durante los quince minutos que me tomó limpiar el desastre, no paró una que otra niña de llamar a la puerta: «¿Cuándo podemos entrar?» «Estoy cansada.» «Estoy aburrida aquí», etc. Parecía que no entendían la idea de estar fuera de la casa en medio del calor. Finalmente, terminé de limpiar la cocina y estaba lista para que entraran de nuevo. Pero, un instante… ¿Qué estaba pasando afuera? Abrí ligeramente la ventana para echar un vistazo. Habían encontrado una rana y le estaban construyendo una mansión con los platos de papel, palitos y hojas. A medida que transcurrieron algunas horas, la mansión se convirtió en algo cada vez más elaborado y las ranas se multiplicaron. Como te podrás imaginar, necesitarían muchas alcobas. Y toda una piscina con trampolín incluido… Tuve que obligarlas, casi a las diez de la noche, a entrar a la casa. El proyecto de construir la mansión de las ranas terminó siendo el evento más comentado de toda la fiesta. Es vital para el desarrollo humano el contacto con la naturaleza Cada vez más estudios señalan la importancia de estar en contacto con la naturaleza para el crecimiento y desarrollo humano. Numerosas evidencias indican que es esencial para gozar de una buena salud física y emocional. Los niños que no pasan tiempo al aire libre, se pierden una faceta muy importante de su infancia. Richard Louv en su libro Last Child in the Woods: Saving Our Children from Nature-Deficit Disorder, afirma: «El síndrome de no estar en contacto con la naturaleza describe los costos humanos de dicha carencia, entre ellos: una disminución del uso de los sentidos, dificultades para prestar atención y un índice mayor de enfermedades físicas y emocionales.» No debemos considerar el jugar al aire libre como un mero esparcimiento, sino como algo tan vital para el desarrollo infantil como una dieta equilibrada o el buen descanso. Estar al aire libre ayuda a: * desarrollar la fuerza motora * mejora la memoria * aumenta la creatividad * mantiene a raya la obesidad * incrementa la capacidad de atención * disminuye la intranquilidad * reduce el estrés Hacer ejercicio desde temprana edad forma tu cuerpo de por vida Cada vez existen más estudios que corroboran que hacer ejercicio posee un efecto tremendo en el crecimiento y desarrollo humano, sobretodo en la infancia, aunque también hasta los 30 y pico años. Aunque obviamente el ejercicio resulte beneficioso a cualquier edad. Algunos de sus efectos, como por ejemplo el crecimiento óseo, nos afectan de por vida, y solo se pueden obtener a temprana edad. Existe la teoría de que los niños que no hacen suficiente ejercicio y actividad física no llegan a alcanzar su máximo desarrollo físico. Además del crecimiento que obtenemos con la alimentación y el descanso, es un hecho confirmado que el ejercicio también promueve el crecimiento. El disfrutar de huesos fuertes y grandes está directamente vinculado a hacer ejercicio. Los niños que hacen bastante ejercicio crecen más y tienen huesos más fuertes que los que hacen poco o ningún tipo de ejercicio. Los huesos, al igual que los músculos, se fortalecen al hacer el ejercicio. Los huesos dejan de crecer durante la pubertad o entre los 18 y 20 años; aun así, su densidad y fortaleza crecen hasta los 30 ó 35 años. El ejercicio es el factor que más influye en el crecimiento óseo. Además, el gozar o no de huesos fuertes durante tus primeros 35 años de vida, previene o contribuye a prevenir la osteoporosis, y a tener en la vejez una estructura ósea fuerte o débil. ¿Qué podemos hacer? Esfuérzate por pasar más tiempo al aire libre. Busca maneras de que tus hijos estén en contacto con la naturaleza y zonas verdes. Puede ser difícil cuando hace mucho calor en verano, pero a veces será suficiente si tienes una manguera y unos cuantos globos llenos de agua, una piscina infantil inflable o una tina, unos cubos o baldes con agua y burbujas. Además tu patio lucirá mucho mejor si le añades un jardín con rocas y plantas o un pequeño terrario para mascotas. El verano pasado salimos bastante por la tarde a montar en bicicleta y dar caminatas por las zonas verdes, y nos deteníamos a observar las cosas interesantes que encontrábamos a nuestro paso. Estudios: Una ingente cantidad de estudios reiteran que estar en contacto con la naturaleza produce efectos considerables en el bienestar de personas adultas, incluyendo la parte psicológica, funcionamiento superior cognitivo, una disminución de los problemas físicos y una recuperación más rápida en caso de enfermedad o dolencias. Y muchos especialistas consideran que dicho entorno aún tiene un efecto mucho más profundo en los niños debido a que poseen una mayor vulnerabilidad o plasticidad (Wells 2003). Las investigaciones muestran una evidencia cada vez más contundente de los enormes beneficios que reciben los niños al estar en contacto con la naturaleza. Eso incluye: * Los niños con síntomas del síndrome de hiperactividad y falta de atención logran concentrarse mejor (Taylor 2001). * Los niños que pueden observar o estar en contacto con la naturaleza consiguen puntajes más altos en las pruebas de concentración y autodisciplina. Cuanto más verde sea la zona que observan, más alto es el puntaje (Wells 2000, Taylor 2002). * Los niños que juegan con regularidad en ambientes naturales manifiestan una mejor motricidad, incluyendo coordinación, equilibrio y agilidad, y son menos propensos a las enfermedades (Grahn, et al. 1997, Fjortoft 2001). * Cuando los niños juegan en ambientes naturales, el juego es más diverso, con juegos creativos y que estimulan la imaginación, los cuales fomentan las habilidades lingüísticas y de colaboración (Moore & Wong 1997, Taylos, et al. 1998, Fjortoft 2000). * Estar expuestos a ambientes naturales optimiza el desarrollo cognitivo de los niños al mejorar su nivel de razonamiento y atención, así como su capacidad de observación. (Pyle 2002). * La naturaleza absorbe el impacto del estrés en los niños y les ayuda a afrontar la adversidad. Cuanto mayor sea su contacto con la naturaleza, mayores serán sus beneficios (Wells 2003). * Jugar en un ambiente natural variado reduce o elimina la actitud hostil (Malone & Tranter 2003). * La naturaleza refuerza la capacidad de observación y creatividad de los niños y les inculca una sensación de sosiego (Crain 2001). * Disfrutar de experiencias a temprana edad con la naturaleza se asocia positivamente con el desarrollo de la imaginación y la investigación (Cobb 1977, Louv 1991). La curiosidad innata de los niños es un factor importante para el aprendizaje a lo largo de toda su vida (Wilson 1997). * Los niños que juegan en ambientes naturales poseen sentimientos más positivos hacia los demás (Moore 1996). * El ambiente natural estimula las relaciones sociales entre los niños (Moore 1986, Bixler, Floyd & Hammutt 2002). * Estar al aire libre contribuye de manera importante al desarrollo de la autonomía e independencia de los niños (Bartlett 1996). Los Niños Aprenden de Usted. Si Usted Elige Opciones Saludables, sus Hijos También lo Harán.
Anímelos a Experimentar Alimentos que no Hayan Probado Anteriormente.
Los Niños que son Difíciles a la Hora de Comer, no lo son por Mucho Tiempo.
Juegue con sus Hijos Todos los Días.
Gentileza de http://www.choosemyplate.gov/food-groups/downloads/Pointers4Preschoolers-SPAN.pdf. Para obtener más consejos, información y recursos en ayudar a los niños a aprender hábitos saludables, visite http://www.choosemyplate.gov/en-espanol.html Bebés (0 a 12 meses)
Precisan que se les proporcione una estimulación sensorial variada, y que se cambie con bastante frecuencia, y numerosas oportunidades de desarrollo físico. Esto incluye: objetos interesantes que puedan observar desde una posición horizontal y vertical, que se les proteja de una exposición excesiva al sol y al viento, colores y sonidos agradables, espacios para gatear y cosas que los ayuden a ponerse de pie a medida que desarrollan su fuerza motriz y capacidad de observación, sin que niños más grandes los hagan caerse. Algunos elementos útiles para la estimulación temprana son las hojas y hierba que ondean con el viento, móviles que bailen al ritmo de la brisa, arbustos que atraigan pajarillos y mariposas, y campanitas. El chiquito puede disfrutar de una experiencia al aire libre sin verse afectado por la lluvia ni el sol excesivo bajo un porche que tenga techo traslucido, con suelo liso donde pueda gatear y una verja (ligeramente separada para que no vaya a quedar atrapado) de la que pueda agarrarse para ponerse de pie. Las rampas son más recomendables que las escaleras, ya que permiten gatear de forma más segura, así como hacer experimentos con la gravedad («¿Cómo llegó la pelota allá abajo?» «¿Lo hará otra vez?»). Chiquitines (de 1 a 2 años) Los chiquitines precisan de lugares y espacios donde llevar a cabo las preposiciones —sobre, debajo, encima, dentro, fuera, detrás, delante, arriba y abajo— porque su desarrollo físico es primordial e incentiva su desarrollo cognitivo. Además de los parques infantiles seguros, del tamaño de los chiquitines, a ellos les gustan las pendientes ligeras por las que pueden subir y bajar. Un tobogán empotrado en un pequeño montículo también es útil para que aprendan a deslizarse. Un cajón grande de arena, que se pueda cubrir cuando no se utiliza, es un lugar excelente para socializar con otros chiquitines. Jugar y experimentar con agua es crucial para su desarrollo: del subsuelo, una manguera, un aspersor. Tanto los adultos como los niños disfrutan de los árboles cuyas hojas cambian de color con las estaciones o que brindan piñas (como los pinos), sombra, y hasta frutas. Los chiquitos pueden disfrutar de los colores y fragancias de los jardines, observándolos desde una valla pequeña, pero evita que entren en contacto con abejas y avispas. Las sendas asfaltadas con goma proveen zonas blandas donde los chiquitos pueden practicar sus primeros pasos y aprender a correr, así como andar en caminadores o en triciclos. Al igual que con los bebés, los porches permiten estar al aire libre y sirven como lugar de transición entre el aula y el patio (cuando asisten al jardín infantil). Preescolares (de 2 a 4 años) A esta edad, los niños continúan con un ritmo acelerado de desarrollo físico, y a medida que aumenta su capacidad de relacionarse con otros niños y comunicarse verbalmente, precisan de zonas de juego que les brinden numerosas oportunidades de hacer ejercicio. Correr, trepar, saltar, brincar, deslizarse, bailar y dar vueltas exige fuerza motriz. Puedes motivarlos más proporcionándoles triciclos, carritos, carretillas, montículos y senderos. Para el desarrollo de los preescolares es fundamental jugar individualmente haciendo gala de su imaginación y dotes de actuación, para ello están las casitas de muñecas equipadas con los elementos necesarios para convertirse en hogares, tiendas, castillos, restaurantes, etc. En un depósito al aire libre se pueden guardar elementos de arte, donde se anime a los profesores a hacer manualidades ya que no importa tanto el desorden y se fomenta la creatividad: «¿Puedes pintar el viento?» Jugar con arena y agua también promueve que los preescolares conozcan más el mundo físico, y es un punto de partida para que jueguen con otros niños y expresen su creatividad. La jardinería, sobre todo cuando se trata de lechos elevados resistentes a los triciclos, enseña a los preescolares cómo crecen y se cuidan las plantas. A los pequeños les llama la atención los insectos que acuden a los jardines, en especial las mariposas. Viene bien guardar en algún sitio del jardín las herramientas y mangueras; mientras los niños juegan a ser jardineros, los maestros se ocupan de las labores de mantenimiento. Niños de primaria (de 5 a 10 años) Necesitan cosas similares a los preescolares, pero también lugares donde sentarse, leer, charlar, dibujar, y hacer las tareas escolares. Lo ideal es conseguir artículos como una canasta de baloncesto, gráficas para el suelo (como los cien cuadros y jugar a la pata coja, etc.) Los materiales para manualidades —madera, pinturas, cartón, arcilla, herramientas— fomentan la iniciativa y el ser aplicado. En algunos casos, los niños de primaria disfrutan de estar con otros menores que ellos, y desarrollar así su capacidad como instructores y dirigir los juegos. |
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