Resumen de Internet, Elizabeth Pantley
El cambio de pañal es un ritual La postura que asumen la mamá o el papá y el bebé durante el cambio de pañales es perfecta para crear una experiencia que los una aún más. Te reclinas sobre el chiquitín y tu rostro se encuentra a una distancia perfecta para entablar contacto visual y comunicación. Y además, esta oportunidad de oro se presenta muchas veces al día. Sin importar lo ocupada estés, puedes disfrutar de unos instantes de conexión tranquila y apacible. Es un ritual demasiado valioso como para que lo encasilles como un simple acto de mantenimiento. Aprende más sobre tu chiquitín El cambio de pañales te ofrece la oportunidad perfecta para asimilar las señales e indicaciones que te da tu bebé. Aprendes cómo funciona su cuerpecito, qué cosas le provocan cosquillas o le ponen la piel de gallina. A medida que alzas, mueves o tocas a tu pequeñín, tus manos se aprenden el mapa de su cuerpecito y qué le resulta normal. Eso es importante porque te servirá para detectar fácilmente cualquier cambio físico que requiera atención. Cómo desarrollar confianza El cambio regular del pañal crea un ritmo en la vida del bebé y le brinda una sensación de que el mundo es algo seguro y confiable. Aunque los días no transcurran siempre igual, el cambio de pañales es un episodio regular y constante. Tus caricias le enseñan que lo aprecias y tu cariño y cuidados le demuestran que lo respetas. Una experiencia instructiva para el bebé Durante el cambio de pañales el pequeñín aprende muchas cosas. Es una de las pocas ocasiones en que puede observar su cuerpito sin ropa, cuando siente todos sus movimientos sin que le estorbe un pañal entre las piernas. Cuando está sin él es una oportunidad fabulosa de estirar las piernas y aprender a moverlas. En esos momentos, tu chiquitín está atento a tu voz, y puede concentrarse en lo que le dices y en la forma en que lo haces, algo muy importante en su proceso de aprender a hablar. Del mismo modo, en esos valiosos minutos prestas atención a tu chiquitín y puedes concentrarte en lo que te dice y cómo lo dice, lo que es vital para fortalecer la relación de ambos. Lo que siente y piensa el bebé A muchos chiquitines que rebosan de energía y actividad no les importa tener el pañal sucio. Están demasiado ocupados para preocuparse de tales trivialidades. Puede ser importante para ti, pero no es una prioridad para él. La pañalitis o un pañal incómodo, que no es del tamaño apropiado o está mal puesto, puede causar aprensión al cambio de pañales, así que revisa eso primero de todo. Cuando te cerciores de que está bien el aspecto práctico, puedes hacer algunos ajustes a la tarea inevitable del cambio de pañales para que resulte más agradable para tu pequeñín. Respira profundo Teniendo en cuenta todos los pañales que te tocará cambiar, es posible que la que una vez fuera una experiencia placentera se haya convertido en algo rutinario, o lo que es aún peor, en un fastidio. Cuando la mamá o el papá enfrentan la tarea del cambio de pañales de manera brusca e insensible, para el bebé también resulta desagradable. Trata de sentir de nuevo esa experiencia unificadora que es el cambio de pañales. Un momento de calma en medio del ajetreo diario donde puedes estar a solas y disfrutar de tu nene. A divertirnos Es un momento fabuloso para entonar canciones, hacerle cosquillas, caricias y jugar. Si le añades una pizca de diversión, para ambos será más placentero. Un juego que pueden disfrutar por mucho tiempo y siempre resulta interesante es esconder el pañal. Coloca un pañal limpio sobre tu cabeza, o el hombro, o debajo de tu camisa y dile al bebé: «¿Dónde está el pañal? ¡No lo encuentro!» O puedes utilizarlo como títere, poniéndole nombre y usando una vocecilla graciosa. Que el pañal llame al chiquitín a que se acerque a la mesa de cambiar el pañal y que le hable mientras tú lo cambias. (En caso de que te canses de hacer esto, solo recuerda cómo era antes de poner en práctica esta idea.) Distracciones Guarda entre los elementos de cambiar pañales una linterna, y mientras cambias al pequeñito deja que juegue con ella. Algunas linternas para niños tienen un botón que cambia el color o la forma de la luz. La puedes llamar la linterna del pañal y sacarla únicamente en esos momentos, y se guarda al terminar de cambiarlo. Quizás prefieras otro juguete que a tu niño le guste más o incluso una cesta de juguetes pequeños que le interesen. Si solo se los das para jugar durante el cambio de pañales, serán algo novedoso por mucho tiempo. Prueba a hacerlo de pie Si el pañal solo está mojado de pipí, para cambiarlo más rápido prueba a hacerlo con el niño de pie. Si utilizas pañales de tela, deja un lado cerrado con un imperdible de seguridad para poder moverlo como si fuera un calzoncillo, o elige pañales ajustables que no necesitan imperdibles.
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