Bebés (0 a 12 meses)
Precisan que se les proporcione una estimulación sensorial variada, y que se cambie con bastante frecuencia, y numerosas oportunidades de desarrollo físico. Esto incluye: objetos interesantes que puedan observar desde una posición horizontal y vertical, que se les proteja de una exposición excesiva al sol y al viento, colores y sonidos agradables, espacios para gatear y cosas que los ayuden a ponerse de pie a medida que desarrollan su fuerza motriz y capacidad de observación, sin que niños más grandes los hagan caerse. Algunos elementos útiles para la estimulación temprana son las hojas y hierba que ondean con el viento, móviles que bailen al ritmo de la brisa, arbustos que atraigan pajarillos y mariposas, y campanitas. El chiquito puede disfrutar de una experiencia al aire libre sin verse afectado por la lluvia ni el sol excesivo bajo un porche que tenga techo traslucido, con suelo liso donde pueda gatear y una verja (ligeramente separada para que no vaya a quedar atrapado) de la que pueda agarrarse para ponerse de pie. Las rampas son más recomendables que las escaleras, ya que permiten gatear de forma más segura, así como hacer experimentos con la gravedad («¿Cómo llegó la pelota allá abajo?» «¿Lo hará otra vez?»). Chiquitines (de 1 a 2 años) Los chiquitines precisan de lugares y espacios donde llevar a cabo las preposiciones —sobre, debajo, encima, dentro, fuera, detrás, delante, arriba y abajo— porque su desarrollo físico es primordial e incentiva su desarrollo cognitivo. Además de los parques infantiles seguros, del tamaño de los chiquitines, a ellos les gustan las pendientes ligeras por las que pueden subir y bajar. Un tobogán empotrado en un pequeño montículo también es útil para que aprendan a deslizarse. Un cajón grande de arena, que se pueda cubrir cuando no se utiliza, es un lugar excelente para socializar con otros chiquitines. Jugar y experimentar con agua es crucial para su desarrollo: del subsuelo, una manguera, un aspersor. Tanto los adultos como los niños disfrutan de los árboles cuyas hojas cambian de color con las estaciones o que brindan piñas (como los pinos), sombra, y hasta frutas. Los chiquitos pueden disfrutar de los colores y fragancias de los jardines, observándolos desde una valla pequeña, pero evita que entren en contacto con abejas y avispas. Las sendas asfaltadas con goma proveen zonas blandas donde los chiquitos pueden practicar sus primeros pasos y aprender a correr, así como andar en caminadores o en triciclos. Al igual que con los bebés, los porches permiten estar al aire libre y sirven como lugar de transición entre el aula y el patio (cuando asisten al jardín infantil). Preescolares (de 2 a 4 años) A esta edad, los niños continúan con un ritmo acelerado de desarrollo físico, y a medida que aumenta su capacidad de relacionarse con otros niños y comunicarse verbalmente, precisan de zonas de juego que les brinden numerosas oportunidades de hacer ejercicio. Correr, trepar, saltar, brincar, deslizarse, bailar y dar vueltas exige fuerza motriz. Puedes motivarlos más proporcionándoles triciclos, carritos, carretillas, montículos y senderos. Para el desarrollo de los preescolares es fundamental jugar individualmente haciendo gala de su imaginación y dotes de actuación, para ello están las casitas de muñecas equipadas con los elementos necesarios para convertirse en hogares, tiendas, castillos, restaurantes, etc. En un depósito al aire libre se pueden guardar elementos de arte, donde se anime a los profesores a hacer manualidades ya que no importa tanto el desorden y se fomenta la creatividad: «¿Puedes pintar el viento?» Jugar con arena y agua también promueve que los preescolares conozcan más el mundo físico, y es un punto de partida para que jueguen con otros niños y expresen su creatividad. La jardinería, sobre todo cuando se trata de lechos elevados resistentes a los triciclos, enseña a los preescolares cómo crecen y se cuidan las plantas. A los pequeños les llama la atención los insectos que acuden a los jardines, en especial las mariposas. Viene bien guardar en algún sitio del jardín las herramientas y mangueras; mientras los niños juegan a ser jardineros, los maestros se ocupan de las labores de mantenimiento. Niños de primaria (de 5 a 10 años) Necesitan cosas similares a los preescolares, pero también lugares donde sentarse, leer, charlar, dibujar, y hacer las tareas escolares. Lo ideal es conseguir artículos como una canasta de baloncesto, gráficas para el suelo (como los cien cuadros y jugar a la pata coja, etc.) Los materiales para manualidades —madera, pinturas, cartón, arcilla, herramientas— fomentan la iniciativa y el ser aplicado. En algunos casos, los niños de primaria disfrutan de estar con otros menores que ellos, y desarrollar así su capacidad como instructores y dirigir los juegos.
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