En cierta ocasión, un niño con un defecto de audición llegó a su casa con una nota de la directora del colegio en la que ésta recomendaba a los padres que sacaran al pequeño del centro docente, ya que era «muy bruto para aprender».
La madre del niño leyó la nota y dijo: «Mi hijo Tom no es ningún bruto; él es capaz de aprender. Yo misma le enseñaré». Y eso hizo. Muchos años después, cuando Tom murió, los estadounidenses le rindieron homenaje apagando todas las luces del país durante un minuto. Resulta que el tal Tom fue nada más y nada menos que el inventor de la lámpara incandescente, del fonógrafo y de un rudimentario proyector de películas. En total, Thomas Edison patentó más de mil inventos. ***** «Mi madre fue la que me forjó. La gran certeza y confianza que ella depositó en mí me transmitieron el sentimiento de que tenía a alguien por quien vivir, de que existía alguien a quien no podía defraudar. La memoria de mi madre siempre será una bendición para mí». - Thomas Edison (1847-1931) ***** En su adolescencia Jim trabajaba para un tendero de Missouri. Le gustaba el trabajo y pensaba abrirse camino con dicho oficio. Cierta noche regresó a casa y le contó orgulloso a su padre los astutos manejos de su patrón. Este tenía la costumbre de mezclar el café barato con el de mayor precio, obteniendo así más ganancias. Jim contó el hecho riendo a la hora de la cena. Su padre, sin embargo, no le vio gracia al asunto. Le dijo: —Dime, si el tendero descubriera que alguien le está colando mercadería de mala calidad al precio de la buena, ¿crees que le parecería astuto y que le causaría gracia? Jim se dio cuenta de que su actitud había defraudado a su padre. —Creo que no— respondió. —No lo había visto de ese modo. Al día siguiente su padre le dijo que acudiera a la tienda, reclamara la paga que se le adeudaba e informara al tendero que no volvería a trabajar para él. El trabajo no abundaba en la zona, pero el padre de Jim prefería ver a su hijo cesante antes que relacionado con un comerciante tramposo. Así de cerca estuvo J.C. Penney de convertirse en tendero. En cambio, fundó la cadena minorista que todavía lleva su nombre. Revela el secreto de su éxito en el título de su autobiografía: Cincuenta años con la Regla de Oro. ***** Un padre explicó cómo se había percatado de su hipocresía. Resulta que su hijo obtenía calificaciones muy bajas en lenguaje. A pesar de las reprimendas y de las horas adicionales de estudio, no mejoraba. Un día le dijo a su padre: —Me imagino que tú siempre sacabas la nota máxima en lenguaje. ¿Qué te hace pensar eso? preguntó el papá. —De lo contrario no me regañarías tanto. Su forma de corregir al chico le había dado a entender algo que no era verdad.El padre dijo —Lo cierto es que a mí también me costaba mucho el lenguaje admitió el padre, sobre todo la ortografía. A partir de aquel momento el chico mejoró, pues dejó de sentirse inferior y fracasado. Viendo que su papá había logrado superar la misma dificultad, recobró la esperanza. - Anónimo Tomado de la revista Conectate. Usado con permiso.
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